Es común encontrar a profesionales de la salud que a lo largo de su día atienden a decenas de pacientes. Además de trabajar de lunes a viernes, o incluso hasta los sábados. Con esta carga laboral existe la posibilidad de padecer el Síndrome del desgaste profesional. Pero ¿sabes qué es y cómo evitarlo? Sigue leyendo.
De acuerdo a una investigación de la UNAM , el Síndrome del desgaste profesional (o "burnout" en inglés) se caracteriza por un agotamiento mental y físico en el ámbito laboral. Es decir, que ya no hay ánimo para realizar el trabajo y éste se percibe de manera apática.
Este término apareció en la década de los 70's para referirse al padecimiento que afectaba a algunos profesionales de la salud en su área de trabajo. Los principales síntomas del desgaste profesional son la presencia de agotamiento emocional, fatiga y depresión. Además, suele estar acompañado de un bajo desempeño en el trabajo o ineficiencia en él.
The JAMA Network publicó un estudio sobre la prevalencia de este problema en los médicos. Los resultados arrojaron que 1 de cada 3 doctores experimenta este síndrome en algún momento de su carrera.
La misma investigación de la UNAM explica que los médicos residentes mexicanos están en riesgo de ser víctimas de este síndrome debido a las largas jornadas de trabajo que tienen. En México, los médicos que laboran en instituciones privadas y públicas también suelen tener un consultorio privado al que se dedican en su “tiempo libre” del hospital.
Por otro lado, este padecimiento afecta tanto a los médicos que laboran en instituciones privadas como públicas. El mismo estudio menciona que los doctores de entre 35 y 54 años están en riesgo de padecer el burnout, mientras que el riesgo se incrementa cuando tienen entre 11 y 19 años de práctica. Finalmente, las mujeres están en mayor riesgo de presentar este síndrome debido a que se encargan de las actividades del hogar, además de su vida laboral.
La intensidad de los síntomas puede variar conforme al grado de avance en el que se encuentre. En el primer grado, el médico sufre un agotamiento leve o de corta duración, que desaparece con distracciones eventuales o hobbies.
En el segundo grado los síntomas se intensifican. El agotamiento dura más y ya no basta con una visita al cine para superarlo. También aparece una preocupación por el desempeño laboral, debido a que éste disminuye. Igualmente hay un distanciamiento de sus compañeros y pacientes y una actitud fría y negativa hacia ellos.
Finalmente, en el tercer grado se desarrollan problemas físicos y psicológicos, y hasta puede presentarse un cuadro depresivo sin razón aparente. Es posible que se agudice el distanciamiento de amigos y familiares y hay menos interacciones sociales. Puede haber conflictos en las pocas relaciones que el médico tenga.
Afortunadamente este síndrome SÍ tiene cura, la cual se resume en 3 Rs.
1. Resistir.
Es importante que el médico aprenda a resistir al burnout de su trabajo. Es una labor cansada y estresante, pero se debe desarrollar la resiliencia. La práctica de la atención plena (mindfulness, tomar conciencia del momento presente) ayuda a percibir cuando una situación se ha vuelto estresante y a dirigir la atención hacia lo importante, sin engancharse con detalles abrumadores. Esta aplicación te enseña técnicas de mindfulness para distintas áreas de tu vida.
2. Recuperar.
En este paso se busca ‘recuperar’ el balance en la vida. El médico debe aprender a recuperarse de situaciones estresantes. En ocasiones bastará con ver una película inspiradora para estar como nuevo. Pero en otras, se necesitará una distracción más grande, como unas vacaciones, para recuperarse. Otra forma de recuperarse es definir y respetar los límites que separan la vida personal de la profesional.
3. Reducir el estrés.
Se trata de minimizar la presión en la vida profesional. Si el médico tarda horas en llegar a su trabajo y eso mismo le estresa, es necesario que cambie esa situación. Puede mudarse más cerca de su trabajo o modificar su horario; pero definitivamente no puede seguir en esa misma situación que le genera más estrés. Una buena organización en la vida profesional (y personal) ayudará a reducir el estrés en el día a día. Para lograrlo, es necesario cambiar el estilo de vida. Si como médico, tienes una enorme carga laboral, puedes apoyarte en tus compañeros o en tu personal.
La tecnología también te ayuda a evitar el ‘burnout’. Ahora puedes encontrar herramientas que son efectivas y que te ayudarán en el manejo de tu consultorio y en consultas. Un ejemplo de ello son los Electronic Health Record (EHR por sus siglas en inglés). Estos son programas en los que puedes guardar los expedientes médicos de tus pacientes y acceder a esta información en segundos, sin que tú o tu asistente tenga que buscar el archivo físico.
Otra herramienta útil es Holly. Ella es una asistente virtual que utiliza inteligencia artificial para manejar tu agenda. Su función principal es agendar pacientes 24/7 y encargarse de toda la comunicación (confirmaciones, reagendamientos, instrucciones, etc). Holly es una gran aliada al momento de evitar el Síndrome de desgaste profesional, tanto tuyo como el del personal de tu consultorio.